Blood Will Tell pdf

Dana Stabenow (nacida el 27 de marzo de 1952 en Anchorage, Alaska) es una autora estadounidense de novelas de ciencia ficción, misterio/crimen, suspenso/suspenso y aventuras históricas. Muchos de los libros de Stabenow están ambientados en su estado natal de Alaska, donde fue criada por su madre soltera que vivía y trabajaba en una pescadería en el golfo de Alaska, y presenta numerosas descripciones de la geografía, la geología, el clima y la vida silvestre de Alaska. Stabenow recibió una licenciatura en periodismo de la Universidad de Alaska en 1973 y, después de decidir probar suerte como autora, más tarde se inscribió en el programa MFA de la UAA. Ace Science Fiction compró su primera novela, Second Star, en 1990. Le siguieron otros dos libros de ciencia ficción. Su primer misterio de Kate Shugak, A Cold Day for Murder, ganó el premio Edgar al mejor original de bolsillo en 1993. Su misterio de Kate Shugak de 2011, Aunque no está muerta, recibió el premio Nero de 2012. En 2007, Stabenow fue nombrada Artista del año de Alaska en los Premios del Gobernador para las Artes y las Humanidades. En 2011, Stabenow escribió en su blog un artículo informativo sobre sus experiencias de lectura en la infancia y cómo la influyeron para escribir novelas de detectives.

Blood Will Tell pdf por Dana Stabenow

At the request of her grandmother, a matriarch of her Aleut clan, Kate Shugak travels to Anchorage to investigate the mysterious deaths of several Council members just before a crucial meeting to determine the fate of some disputed tribal lands.
"The day before, the bull moose had walked into the homestead clearing like he owned it, the same day hunting season opened on the first year in six Kate had drawn a permit, on the first year in ten the feds had declared a hunting season in her game management unit. On a potty break from digging potatoes, she was buttoning her jeans in front of the outhouse when the sound of a snapped branch drew her attention. She looked up to find him head and shoulders into a stand of alders whose dark green leaves had just started to turn. For a moment she stood where she was, transfixed, mouth and fly open, unable to believe her luck. One limb stripped of bark, the moose nosed over to a second, ignoring her presence with what could have been regal indifference but given the time of year was probably absolute disdain for any creature not a female of his own species."