The Fall of Crazy House pdf

James Brendan Patterson (nacido el 22 de marzo de 1947) es un autor estadounidense. Entre sus obras se encuentran las series Alex Cross, Michael Bennett, Women's Murder Club, Maximum Ride, Daniel X, NYPD Red, Witch and Wizard y Private, así como muchos thrillers independientes, no ficción y novelas románticas. Sus libros han vendido más de 400 millones de copias y fue la primera persona en vender 1 millón de libros electrónicos. En 2016, Patterson encabezó la lista de Forbes de los autores mejor pagados por tercer año consecutivo, con ingresos de 95 millones de dólares. Sus ingresos totales durante una década se estiman en $ 700 millones.
En noviembre de 2015, Patterson recibió el Premio Literario de la Fundación Nacional del Libro, que lo citó como un "activista apasionado para hacer de los libros y la lectura una prioridad nacional". , Patterson ha donado millones de dólares en subvenciones y becas con el propósito de alentar a los estadounidenses de todas las edades a leer más libros".
Patterson era candidato a doctorado en Vanderbilt y consiguió un trabajo en publicidad. Fue ejecutivo de publicidad en J. Walter Thompson. Después de retirarse de la publicidad en 1996, se dedicó a escribir. Su mayor influencia, dijo más tarde, fue probablemente la primera novela de Evan S. Connell de 1959, Mrs. Bridge.

The Fall of Crazy House pdf por James Patterson

The best dystopian series since The Hunger Games just got better.
Escape is just the beginning.
Twin sisters Becca and Cassie barely got out of the Crazy House alive. Now they're trained, skilled fighters who fear nothing--not even the all-powerful United regime.
Together, the sisters hold the key to defeating the despotic government and freeing the people of the former United States. But to win this war, will the girls have to become the very thing they hate?
In this gripping sequel to James Patterson's YA blockbuster Crazy House, the world is about to get even crazier.
"MY HEART WAS BEATING SO hard I was sure the United soldiers could hear it. It radiated out from my sore, bruised chest, ricocheting off the unyielding trees, the ice daggers hanging from every branch. The woods vibrated with my heartbeat, echoing life... or death. Life... or death. Over and over. My hands were numb and I clutched my rifle by instinct rather than feel. With every breath I pulled in, more lung cells froze, iced over, became hard and brittle. I would never recover. Recovering wasn’t even the point anymore."