La guerra secreta книга pdf прочитать и скачать Макс Гастингс
La guerra secreta: Espías, códigos y guerrillas, 1939-1945
Max Hastings, autor de la brillante crónica de la segunda guerra mundial Se desataron todos los infiernos, la completa ahora contándonos la otra cara de esta historia: la de los servicios secretos, las operaciones especiales y las guerrillas. Su propósito es ofrecernos una visión global de lo que fue en ambos bandos esta guerra secreta en que «cientos de miles de seres humanos arriesgaron sus vidas, y muchos las perdieron». Su libro nos ofrece un panorama fascinante de personajes, que van desde los nombres conocidos -como Sorge, Canaris, Philby o Cicero- a otros ignorados como el «agente Max», que contribuyó a la derrota alemana en Stalingrado, o ese espía, sin saberlo, que fue el japonés Oshima. Junto a ellos están los científicos que descifraron los códigos, los miembros de los equipos de «operaciones especiales» -como el SOE británico o la OSS norteamericana, en que militaron desde un actor de Hollywood, como Sterling Hayden, hasta un político como Allen Dulles- y los guerrilleros yugoslavos o rusos. Protagonistas de cientos de historias que Hastings nos cuenta con su garra narrativa.
"Este es un libro sobre algunas de las personas más fascinantes que participaron en la Segunda Guerra Mundial. Soldados, marinos, aviadores y civiles atesoraron experiencias extraordinariamente diversas, forjadas por el fuego, la geografía, la economía y la ideología. Quienes se arrebataron mutuamente la vida fueron los más notorios, aunque también, en muchos sentidos, los menos fascinantes: en el resultado de la contienda intervino también la relevante labor de una cohorte de hombres y mujeres que jamás llegó a disparar un arma. En la guerra secreta, todos los participantes libraban una batalla sin tregua, incluso en Rusia, donde entre una gran batalla y la siguiente podían mediar varios meses: la pugna del espionaje y la decodificación de mensajes secretos para conseguir una información del enemigo que otorgaría la supremacía a sus propios ejércitos de tierra y a sus fuerzas aeronavales en el campo de batalla. El teniente general Albert Praun, el último jefe de señales de la Wehrmacht, escribiría más tarde a este respecto: «Esta moderna y “fría guerra de las ondas” se mantuvo siempre viva, en todas sus facetas, aun cuando los cañones callaban[1]». Los Aliados también llevaron a cabo campañas terroristas y de guerrilla en las zonas ocupadas por el Eje donde disponían de los medios necesarios para ello: las operaciones encubiertas cobraron una importancia sin precedentes."