El control de nuestra vidas pdf 诺姆·乔姆斯基
Durante el año pasado, las cuestiones globales fueron vistas en términos vinculados a la noción de
soberanía, esto es, al derecho de las entidades políticas a seguir su propio curso, que puede ser inofensivo o nefasto, y hacerlo sin interferencias externas. En el mundo real, las interferencias se producen por parte de poderes extremadamente concentrados, cu- ya sede está en EE UU. Este poder global concentrado tiene varios nombres, dependiendo de qué aspecto de soberanía y libertad tenga uno en menee. Así, a veces se llama consenso
de Washington, o complejo Wall Street-Tesoro Público, u OTAN, o burocracia económica internacional (la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial, y el FMI), o G-7 (los países ricos, occidentales e industriales) o G-3 o, quizás mejor G-l. Desde una perspectiva más de fondo, podríamos describir estos poderes como un puñado de grandes empresas -a menudo unidas por alianzas estratégicas que administran una economía global que
constituye, de hecho, una especie de mercantilismo corporativo que tiende al oligopolio en la mayoría de sectores, abiertamente aliadas con el poder estatal en su tarea de socialización del riesgo y el coste y para la subyugación de los elementos recalcitrantes.